Este es, en resumen, la tragedia que Venezuela vive en este momento de su historia. La falta de personas expertas en puestos claves ha hecho que los servicios públicos en el país sean los peores de América Latina y de gran parte del mundo.
¿A qué se deben los prolongados apagones que hemos vivido en el país? Se deben a la gente incapacitada al frente del servicio, a la desprofesionalización del sector, a los altos niveles de corrupción que no ha permitido el cumplimiento de los planes de inversión y mantenimiento que se acostumbraba y que estaban previstos para la generación, transmisión y distribución de la red eléctrica del país.
la paralización de los planes de descentralización y más bien la centralización de la empresa eléctrica
El Guri, que en su tiempo fue una de las principales centrales eléctricas del mundo, hoy es tan solo el despojo de lo que un día fue la envidia de América Latina. Pasamos de exportar energía eléctrica a Brasil a ser un país que es un punto negro en el mapa del mundo.
La falta de personas capacitadas, y la falta de operatividad de aquellos que están a cargo de posiciones emblemáticas es la razón por la cual hace unos meses en Anzoátegui presentamos una horrible epidemia causada por el agua contaminada que estaba llegando a los hogares de los barceloneses, portocruzanos, guanteños y leherienses.
La misma Pdvsa es una demostración del punto. Luego que fueron expulsados los mejores ingenieros y personal técnico capacitado de Petróleos de Venezuela, el holding nacional se vino a pique.
Pdvsa pasó de ser la empresa de mayor crecimiento en el mundo de los hidrocarburos a ser una empresa que no está garantizando la extracción de petróleo necesaria de acuerdo con los estándares y acuerdos de la Opep.
¿Razón de esto? La politización de la organización y la carencia de personas que sepan manejar el consorcio.
Mientras no tengamos a los profesionales adecuados en los espacios adecuados Venezuela no podrá salir del atolladero en el cual estamos sumergidos.
Y sí, es verdad, tenemos que cambiar el gobierno, pero también cambiar la mentalidad que nos ha llevado al nivel en el cual nos encontramos.
Venezuela necesita ser dirigida por profesionales, que dediquen sus conocimientos, sus esfuerzos y su capacidad en hacer una mejor nación. Venezuela necesita de hombres y mujeres que se preparen para servir al país.
Sin duda, parafraseando una famosa frase: “sin profesionales no hay paraíso”… Y no lo habrá hasta que no contemos con gente comprometida, de verdadero amor al país y con la capacitación necesaria para asumir un cargo de responsabilidad colectiva.
La transición en Venezuela no es solo política-partidista, también debe ser una transición que vaya desde la politiquería a la profesionalización del poder.
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